“Enfrentar las secuelas de un infarto o un accidente cerebrovascular es muy difícil”

Entrevista Dr. René Nanjarí:

> Dr. René Nanjarí, médico cardiólogo y académico de la Escuela de Medicina USACH, se refiere a la enfermedad cardiovascular y su prevención tras conmemorarse el Día Mundial del Corazón.

El 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón❤️, fecha impulsada para crear conciencia sobre la importancia de la salud cardiovascular y la prevención de las enfermedades del corazón y del sistema circulatorio, que son la principal causa de muerte a nivel mundial.

¿Cuáles son los factores de riesgo? ¿Es la principal causa de muerte en Chile? ¿Qué estilo de vida debemos llevar para prevenir estas enfermedades?

Estas son las principales interrogantes que nos aclara el médico cardiólogo y académico de nuestra Escuela de Medicina USACH, Dr. René Nanjarí.

 ¿Cuál es la situación de las enfermedades cardiovasculares en nuestro país?

-La situación país es la misma que a nivel mundial. En Chile, la primera causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares, situación que solamente había cambiado un año previo a la pandemia; creo que fue el 2019, en la que la causa de cáncer superó a la cardiovascular. Después de la pandemia, nuevamente volvimos a la primera causa de muerte como enfermedades cardiovasculares en nuestro país.

 ¿Cuáles son las consecuencias o secuelas que dejan estas enfermedades?

-La primera y la peor consecuencia es que cualquiera de estas cosas te puede matar. Un infarto o un accidente cerebrovascular te puede matar, pero enfrentar sus secuelas también es muy difícil, porque, por ejemplo, el accidente cerebrovascular deja secuelas físicas muy importantes.

Los pacientes que tienen accidentes cerebrovasculares en general quedan con alguna secuela motora; por ejemplo, quedan con inmovilidad de la mitad de su cuerpo, o inclusive quedan con consecuencias en el habla. Les cuesta hablar o tienen que aprender a hablar; algunos incluso tienen que volver a aprender a comer.

Entonces, son personas que pueden haber sido previamente autovalentes, pero que después de tener un accidente vascular, en general, quedan con algún grado de dependencia y eso obviamente genera una carga familiar y una carga sobre el sistema sanitario.

Respecto a los infartos al corazón, la cardiopatía coronaria, o sea, la secuela de un infarto es la primera causa de insuficiencia cardíaca en Chile y en el mundo. Entonces, lamentablemente, tener un infarto te puede dejar una secuela en el corazón. Y los pacientes con insuficiencia cardíaca también ven deteriorada su calidad de vida. Se empiezan a cansar más; empiezan a tener que dormir con más almohadas; tienen más riesgos de hospitalizaciones; tienen más riesgo de muerte; tienen que tomar medicamentos. En general, muchos de los medicamentos tienen un alto costo. Algunos son financiados y otros no, dependiendo de los servicios de salud a los que el paciente esté adscrito. El costo de salud es altísimo en nuestros pacientes y también las hospitalizaciones reiteradas y toda la comorbilidad que esto trae son un gasto para el sistema sanitario altísimo.

 El objetivo del Día y del Mes del Corazón es crear conciencia sobre la importancia de la salud cardiovascular y la prevención. ¿Cuáles son los principales factores de riesgo de este tipo de enfermedad en Chile?

-Las enfermedades que son factores de riesgo cardiovascular son principalmente la hipertensión, la diabetes, la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo. En Chile, se vive una situación bastante especial respecto a los factores de riesgo cardiovasculares porque hay políticas de salud que han tenido alto impacto respecto a algunos factores, como por ejemplo el tabaco. El tabaquismo en Chile tenía una tendencia al alza previo a que se implementaran leyes, por ejemplo, respecto al hecho de no poder fumar en la oficina y luego no poder hacerlo en los restaurantes o vender tabaco cerca de un colegio. Todas estas medidas han tenido un impacto sobre el consumo de tabaco, que en Chile ha disminuido. Claro que hay otras enfermedades que sí son muy preocupantes y van en aumento, como la diabetes, la hipertensión y la obesidad también son altas en nuestro país. De hecho, somos de los países en Latinoamérica y del mundo más obesos. También tenemos tasas de sedentarismo altísimas; la OMS recomienda hacer ejercicios todos los días y por lo menos una media hora diaria; lo malo es que solamente el 10% de las personas que uno atiende en la consulta y a las que uno les dice que cambien su estilo de vida, lo hace.

Ahí hay que diferenciar entre los que son factores de riesgo modificables y los que son no modificables. Los no modificables son la edad y ser hombre. Esto aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. A medida que uno va envejeciendo, el corazón y las arterias se van poniendo más rígidos y se van empezando a llenar de grasa. También va perdiendo la movilidad y va teniendo artrosis. Algunos pacientes tienen pérdida de la musculatura y eso, obviamente, genera un deterioro en el sistema cardiovascular que, a la larga, te puede causar un infarto o un accidente vascular.

Los factores modificables son prácticamente todos los demás: el tabaquismo, el sedentarismo, la obesidad, la hipertensión, la diabetes, la enfermedad renal crónica, el colesterol, por ejemplo. La gracia de que estos factores sean modificables es que, con un cambio en el estilo de vida o un buen control de la presión arterial, disminuir el consumo de sal, alimentarse bien y, además, hacer ejercicio o mantener un índice de masa corporal adecuado, uno puede disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

 ¿Hay alguna edad más crítica para preocuparse del corazón? ¿La incidencia es equivalente en hombres y mujeres?

-Bueno, hay que tener claro que la enfermedad aterosclerótica -cuando las arterias se empiezan a llenar de grasa- parte desde los 20 años. Entonces, si uno tuviera que poner una edad para iniciar los cambios en el estilo de vida, es mucho más fácil lograr que un paciente joven haga ejercicio y tenga una dieta saludable que un paciente que ya tiene 40 o 50 años. Pero las enfermedades cardiovasculares empiezan a manifestarse a partir de los 40 años. Si hay que establecer una fecha límite, entre comillas, esta debería ser a partir de los 40 años.

Las mujeres se encuentran, también entre comillas, más protegidas de las enfermedades cardiovasculares porque las hormonas femeninas se fabrican a partir de grasa. Entonces, las mujeres tienden a tener un retraso de diez años aproximadamente en iniciar enfermedades cardiovasculares respecto a los hombres. Los hombres empiezan a morir mucho más a partir de los 50 años de infarto agudo al miocardio y accidentes cerebrovasculares, mientras que las mujeres empiezan a partir de los 60 años.

 ¿Existen suficientes cardiólogos en el país? ¿Cuál es su opinión al respecto?

-Yo creo que Chile tiene una alta cantidad de cardiólogos. Si uno ve las cifras, somos una de las subespecialidades en la Medicina Interna que tiene más especialistas. Lamentablemente, en Chile hay muchas diferencias, principalmente entre Santiago y regiones.

Por ejemplo, yo tengo un amigo que trabaja en Vallenar y él es el único cardiólogo de la provincia del Huasco, que tiene que atender entre 200 mil y 300 mil habitantes. En cambio, en Santiago hay una alta concentración de cardiólogos que, obviamente, están mucho más concentrados en la zona oriente. Yo trabajo en el Hospital Barros Luco en Santiago y también trabajo en una clínica en Maipú donde somos cuatro colegas; en cambio, en la sede del sector oriente son 15 o 20. En el hospital somos 10 a 15 colegas, pero quedamos chicos para la población de más de un millón y medio de habitantes que tenemos que cubrir.