“Es un gran orgullo para mí que un estudiante del área de la salud haya llegado a la Federación y más aún a la presidencia”
Andrea Abarca (23), asumió oficialmente como la nueva presidenta de la Feusach. Es la primera estudiante de Medicina de la USACH que ejerce este liderazgo.
Feminista y estudiante de quinto año de Medicina, es la primera estudiante de esta carrera, en toda la historia de nuestra universidad, en liderar la mesa directiva. Acá nos cuenta cuál es su mirada sobre la salud, la medicina, la universidad y de sus nuevos desafíos.
¿Qué la motivó a estudiar Medicina?
Siempre me ha interesado relacionarme con las personas, lo social y el bienestar. Me apasiona tanto la ciencia como lo colectivo y sentí que esta carrera reunía ambas dimensiones. Desde muy joven he tenido una fuerte vocación de servicio y la necesidad de ponerme a disposición de los demás, con la convicción de que como profesional puedo realmente impactar y cambiar la vida de una persona.
Además, soy muy social y no me veía desempeñándome en un trabajo encerrado entre cuatro paredes. Necesitaba una profesión dinámica con contacto humano constante.
¿Tiene alguna especialidad predefinida?
Aún no tengo una decisión definitiva sobre mi especialidad, pero me interesa mucho el ámbito de las políticas públicas y administración en salud. También me atrae la ginecología ya que, en mi posición de estudiante feminista, considero fundamental aportar a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres con una perspectiva de género.
¿Cuál es el aporte que puede entregar a la Federación desde la mirada de un estudiante de medicina?
Desde medicina, aporto una mirada integral del bienestar, entendiendo la salud no solo como ausencia de enfermedad, sino como un concepto amplio que incluye tanto lo físico, lo mental y lo social. Esa perspectiva me permite relacionarme de manera cercana con las personas y al mismo tiempo proyectar iniciativas que promuevan la prevención, la salud mental y el bienestar estudiantil a través de actividades culturales, deportivas y comunitarias.
¿Cómo compatibiliza sus tiempos?
Sí, la verdad se me ha hecho bien difícil porque Medicina es una carrera muy exigente. Entre las rotaciones en la mañana y las clases en la tarde. Compatibilizar los tiempos con las responsabilidades de la Federación, que son 24 siete, es realmente complejo. A diferencia de otras universidades, acá no existe flexibilidad académica para dirigencias, por lo que tuve que reorganizar mi malla reduciendo carga académica.
¡Ha costado trazarme un año completo en la carrera! Ha sido un sacrificio importante pero necesario para poder cumplir con ambas responsabilidades.
¿Qué se siente representar a la Escuela de Medicina como presidenta de todos los estudiantes?
Para mí es un gran orgullo que un estudiante del área de la salud haya llegado a la Federación y más aún a la presidencia. Hacía muchos años que nuestra Facultad no tenía representación en la Federación y creo que eso también refleja un avance en la diversidad que deben estar presentes en los espacios de liderazgo estudiantil.
¿Cuáles son los principales desafíos de la Escuela de Medicina, bajo su perspectiva?
Nuestra Escuela enfrenta desafíos en varios ámbitos. En primer lugar, en materia de infraestructura, donde aún tenemos brechas en comparación con otras escuelas del país que cuentan con mayores recursos y espacios clínicos más consolidados. En segundo lugar, es necesario avanzar en la modernización de la malla curricular. Estos no solo implican actualizar los contenidos en términos científicos, sino que también incorporar con mayor fuerza una perspectiva de género y una visión a futuro conectada con las necesidades del país.
¿Qué retos enfrenta la Federación de Estudiantes de la USACH?
Uno de los principales desafíos es la participación estudiantil. Una problemática que es transversal a todo el movimiento estudiantil a nivel nacional. Muchas veces hemos reducido la experiencia universitaria a estudiar, a rendir y aprobar, perdiéndose la vida comunitaria y el rol transformador de la universidad. Factores como la presión de no atrasarse por mantener la gratuidad o una beca; la necesidad de trabajar o las labores de cuidado hacen que muchos estudiantes no puedan involucrase tanto como quisieran. Esto nos desafía a repensar cómo reconstruir la comunidad y fortalecer la vinculación entre estudiantes.
¿Cómo ve el desarrollo de la Medicina en nuestro país?
Creo que todavía tenemos mucho para avanzar. En Chile aún predomina una visión centrada en tratar la enfermedad y no tanto la prevención y promoción de la salud. Además, persisten falencias en infraestructura, en inversión pública y en la falta de especialistas lo que repercute en el acceso y en la calidad de la atención. Sin embargo, también es importante reconocer que nuestro sistema a pesar de nuestras limitaciones tiene avances en comparación con otros países donde la salud se entiende principalmente como un negocio y el acceso es aún más restrictivo. En Chile al menos existe la convicción de que la salud es un derecho y que debemos seguir trabajando para garantizarla de manera universal.